martes, 11 de junio de 2013

La vida del trabajador

El trabajador pobre, cuyo mundo y forma de vida tradicionales destruyó la Revolución Industrial, no estaba conforme con la situación.
El trabajo en una sociedad industrial es, en muchos aspectos, completamente distinto del de una sociedad preindustrial. En primer lugar está desempeñado, sobre todo, por el trabajo de los obreros, cuyo principal ingreso es su salario. Por otra parte, al trabajo preindustrial lo hacen, fundamentalmente, familias con sus propias tierras de trabajo. [...] En segundo lugar, el trabajo industrial –mecanizado, de las fábricas– impone una rutina y monotonía completamente diferentes de los ritmos del trabajo preindustrial que dependen de las estaciones o del tiempo. Estas dos formas de trabajo coexistieron durante mucho tiempo e, incluso, en la actualidad hay lugares en donde persiste el trabajo preindustrial.
En tercer lugar, el trabajo en la era industrial se realizaba cada vez más en los alrededores de las grandes ciudades. ¡Qué ciudades! El humo flotaba continuamente, la mugre se impregnaba, y los servicios de agua, los servicios sanitarios y los de limpieza de las calles no eran suficientes. Así, se produjeron, sobre todo después de 1830, epidemias de cólera, fiebres tifoideas y enfermedades respiratorias e intestinales. 


Texto adaptado de Eric Hobsbawm, Industria e Imperio, Barcelona, Ariel, 1977.

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